viernes, 14 de mayo de 2010

Y Sigue la Mata Dando, Pero sin "ir al Fondo". MIGUEL COSSIO: Respuesta a un absurdo

Tomaré otro camino para ir al fondo del asunto. ¿Qué se está tratando de probar? Una tesis apuntalada en la convicción de que los pueblos pueden perdonar, pero nunca olvidar, como define la memoria histórica. Y una antítesis que busca denostarla con el manipulado argumento del pase de cuenta.

Argumentar de veras significa ofrecer un conjunto de razones o pruebas en pro de una conclusión. Más que hilvanar una retahíla de opiniones acusatorias. Atajo esto en el entendido de que nadie posee la verdad absoluta.

El punto es éste: no puede construirse un debate intelectual serio si se sustituyen razonamientos y principios con figuras retóricas, como ``el pase de cuenta'', tan practicado en las dictaduras. Verdades con medias verdades. Denuncia social por distorsión.

Existe una diferencia sustancial entre una campaña que acude a la opinión pública para proteger a víctimas de la represión orquestada por el Estado y un proceso, como el de desnazificación que iniciaron las tropas aliadas y que vivió Alemania tras la II Guerra Mundial. O el de desbasificación, por el que atraviesa aún Irak.

¿Habrá que esperar la muerte de los Castro para la descastrificación de Cuba? ¿Para exigir el reconocimiento de derechos civiles? ¿Para denunciar violaciones? ¿Para reportar que las Damas de Blanco y los opositores fueron asediados, golpeados y vejados por turbas al servicio de una dictadura? ¿Es eso lo que se sugiere? ¿La complicidad del silencio?

En 1969 Francisco Franco decretó la prescripción de todos los delitos cometidos antes de abril de 1939. En el 2007, las cortes españolas retomaron el tema y aprobaron la Ley de la Memoria Histórica para reconocer y compensar los derechos de las víctimas de la persecución o la violencia durante la Guerra Civil.

Revisar el pasado no es fácil ni grato: hacer que la nación se mire en el espejo de la miseria colectiva. Ocurrió en Argentina con la Ley de Punto Final. Me tocó verlo muy de cerca en México con las investigaciones de la Comisión de Derechos Humanos sobre los casos de desapariciones forzadas de personas durante la guerra sucia.

Ese no es nuestro estadio aún. Ni siquiera estamos cerca. Nuestro presente sigue siendo el pasado de otras naciones, de las que somos contemporáneos políticos, pero no contemporáneos históricos (como diría Marx). La antítesis por la que se acusa a un proyecto de pasar la cuenta a compatriotas es un absurdo desde el punto de vista teórico y práctico, porque se opone a la razón.

la argumentación es muy sencilla. En todas las sociedades libres, la denuncia cívica es una de las esencias de la arquitectura social del comportamiento ciudadano. Por eso existen los Ombudsman. Y por eso nacieron los medios. Baste revisar los principios básicos que los rigen y les dieron origen, gracias a lo mejor del pensamiento de connotados filósofos, particularmente franceses e ingleses. Y que no me acusen de eurocentrista. Me remito a la historia.

El dilema ético en el caso cubano lo acaba de resumir en una frase parte de la flor y nata de la intelectualidad española: o se está con la democracia o con el totalitarismo. ¿Existe una tercera posición? Yo creo que no.

Director de noticias de América TeVe

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