martes, 23 de febrero de 2010

Raúl y Fidel Castro Asesinan a Orlando Zapata Tamayo

Por Raúl Dopico

La dictadura de los hermanos Castro acaba de asesinar a Orlando Zapata Tamayo, mientras ni uno solo de los negros demócratas de Estados Unidos, empezando por el presidente Barack Obama, levantó su voz para reclamar su libertad. Mientras Moratinos y Zapatero piden que la Unión Europea claudique y negocie con gente tan miserable e inhumana. Mientras Lula Da Silva le da respaldo moral y económico al castrismo antes de irse de la presidencia de Brasil. Mientras los presidentes electos democráticamente en latinoamérica le dan la mano y abrazan al dictador heredero en la cumbre de Cancún.

Una vez más nos damos cuenta de algo que es avasallador ante tanta evidencia histórica: el mundo lleva más de 50 años dándole la espalda a los cubanos.

Orlando no cometió ningún crimen. Pero el castrismo lo asesinó. Por eso, no es tolerable que olvidemos. Mañana todos y cada uno de los que hoy están en el poder tendrán que rendir cuentas a la justicia. Todos y cada uno de los que hoy están en sus puestos de gobierno son responsables por la muerte de este joven valiente e inocente. Desde Abel Prieto a Bruno Rodríguez. De Raúl Castro y su nieto guardaespaldas, hasta cada uno de los altos oficiales de un ejército que permite este asesinato y sostiene en el poder a gente tan indigna. Desde el fiscal que lo condenó hasta Alarcón que le da desde la nefasta Asamblea Popular el respaldo institucional al sistema. Desde el carcelero que lo pateó y le provocó una lesión cerebral, hasta los médicos que violando el juramento hipocrático lo privaron de agua durante 15 días-a esos médicos que han estado, de una u otra forma, atendiendo a Orlando Zapata se les debe prohibir de por vida ejercer tan sagrado oficio- para obligarlo a dejar la huelga de hambre. Desde los policías que no permitieron que su madre lo acompañara en la ambulancia, hasta los intelectuales negros que dicen que en Cuba no hay discriminación racial. Todos, absolutamente todos, son culpables. Y la Cuba de mañana deberá hacer justicia para que la muerte de este hombre libre, este hombre decente, este hombre inmenso no haya sido en vano.

Desde aquí le pedimos a Orlando que no se muriera, pero él decidió llevar su batalla hasta el final-quizás porque le cerraron todas las opciones-, y sólo me queda honrar su memoria y desearle consuelo a su madre (ninguna madre debería enterrar a su hijo), y a él que descanse en paz.

La muerte de Orlando Zapata Tamayo, además de injusta e innecesaria, demuestra la cobardía y el miedo de una dictadura sangrienta y oprobiosa, que cada vez ve más próximo su fin.

Los miembros de la cúpula militar cubana y los miembros de la jerarquía gubernamental deberían tener la dignidad y el civismo de renunciar al gobierno, como el único camino a la salvación de su alma, pero como no tendrán el valor de hacerlo, juzgados serán con toda la fuerza de la ley como cómplices de este asesinato, aunque mañana tengamos que perseguirlos hasta debajo de las piedras, tal y como han hecho durante décadas los judíos con los nazis.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Abajo Fidel. Abajo la dictadura
Ramon Garcia Rodriguez

Saggio Realty dijo...

Abajo Fidel!
Pero señores lo que a mi me preocupa es que cuando todos esos asecinos llegan aqui a Miami, les damos unas grandes acojidos y los convertimos en grandes figuras de television. Y eso solo por las ancias de levantar el rating. Que esta pasando?